Sincericidio
Un viaje brutalmente honesto entre la herida, la belleza y la búsqueda de sentido.
Un viaje brutalmente honesto entre la herida, la belleza y la búsqueda de sentido.
Sincericidio es un libro híbrido, mitad palabra, mitad imagen, que explora la herida, la belleza y la transformación desde una honestidad cruda y luminosa. No es solo un poemario, ni solo un fotolibro: es un viaje íntimo donde la vulnerabilidad se convierte en lenguaje y la verdad se hace forma.
Es un libro único porque no pretende explicar nada: acompaña, abre espacio y deja que el lector se mire por dentro.
Cada página funciona como un espejo emocional, un lugar donde reconocerse, reconciliarse o simplemente respirar.
Está dirigido a quienes están en proceso de cambio, a quienes han tocado fondo alguna vez, a quienes buscan sentido, pausa y una verdad más amable. Es para personas sensibles, curiosas, heridas o en reconstrucción… y para cualquiera que necesite recordar que la belleza también nace del derrumbe.
La herida como punto de partida, como territorio que exige ser mirado sin miedo. No se oculta: se nombra, se muestra, se respira.
Las páginas abren un espacio donde dejar caer las defensas. Hablan desde la piel, sin adornos, sin máscaras. Una invitación a rendirse a lo real.
Incluso en lo roto hay luz. Las imágenes y las palabras elevan lo cotidiano, lo imperfecto, lo íntimo. Todo lo que queda después del derrumbe.
Lo que fuimos sigue hablando. La obra recoge fragmentos, sombras, ecos, trazos de vidas que se cruzan. La memoria como materia viva.
Cada página es un movimiento hacia dentro y hacia adelante. Un tránsito, un puente, un cambio silencioso. Un recordatorio de un renacer posible.
Sincericidio busca un porqué en medio del caos. Una dirección, un latido, un gesto de claridad. No ofrece respuestas cerradas, sino espacio para encontrarlas.
El autor que convierte la herida en lenguaje
Kliment nació en Elche, pero su voz creativa empezó a despertarse en la Barcelona olímpica: una ciudad donde aprendió a mirar despacio, a escuchar el silencio y a descubrir que la vulnerabilidad también puede ser una forma de arte.
Desde entonces, su obra hecha de imágenes, palabras y pausas, se mueve en un territorio donde la belleza y lo roto se tocan.
Creador nómada por naturaleza, busca constantemente nuevos paisajes para renovar la mirada. No le interesan las superficies ni las historias fáciles: le interesa la verdad. Esa verdad que duele un poco al principio, pero que libera cuando se pronuncia en voz baja.
Un refugio en medio del ruido. Una verdad en tiempos de máscaras. Vivimos en un momento donde todo va deprisa: las pantallas, las expectativas, la autoexigencia, el tener que estar siempre bien.
Nos enseñan a avanzar como si nada, aunque por dentro haya derrumbes que no sabemos nombrar Sincericidio nace justo ahí, en ese hueco entre lo que mostramos y lo que sentimos. Es un recordatorio de que la ruptura no es un final: es un umbral.
Este libro importa ahora porque: Nos falta un lugar donde caer sin culpa.
Y este libro ofrece precisamente eso: un espacio íntimo, honesto, donde la herida no se esconde y la vulnerabilidad no es una debilidad, sino el inicio de algo más verdadero.
Necesitamos aprender a parar. En un mundo que empuja hacia fuera, estas páginas vuelven hacia dentro. Son un pequeño gesto de resistencia: sentarte, respirar, abrir una página y escucharte.
La belleza se ha vuelto un lujo… pero también un salvavidas. El libro rescata lo bello en lo roto, lo frágil en lo cotidiano, lo humano en lo que intentamos tapar. Nos enseña a mirar de otra manera.
“Hacía tiempo que nada me tocaba así. Cada página me obligó a parar, a respirar y a mirarme con más honestidad.”
— Marina R.
“He regalado el libro a dos personas importantes para mí. Ambas me dijeron lo mismo: ‘No sabía que alguien había puesto palabras a esto que siento.’”
— Sara G.
“No sabía que necesitaba este libro hasta que lo abrí. Hay algo en la mezcla de poema e imagen que desarma… pero de la forma correcta.”
— David L.